La lectura permite adquirir la herencia cultural, la que no viene en los genes. Leer nada o poco merma nuestras posibilidades de comprender y de comprendernos.
La
lectura forma parte de mi vida diaria, es parte importantísima en mi trabajo dentro
y fuera del aula. Hago todo lo posible por hacer que mis alumnos lean y tomen
gusto por hacerlo. Y no les gusta, a la mayoría no les gusta. Sin embargo, les
encanta que yo les lea. Y sé que dicen la verdad no solo porque me lo piden
sino porque lo veo en sus caritas, lo siento en sus carcajadas, en sus risas y
en sus expresiones de pena, cuando les leo algo. Y es que la lectura de viva
voz no es nada sin una entonación correcta e incluso exagerada, con sus giros
inesperados e inflexiones de voz, con sus cambios de registro entre las voces
de distintos personajes, …
Es
verdaderamente increíble la dimensión que puede llegar a tomar una lectura bien
realizada dentro del aula, la profundidad con la que llega a la conciencia y
sobretodo, a la memoria del niño. Una buena lectura les llega al alma y se les
queda grabada por mucho tiempo, eso es así. Me encanta cuando después de haber
pasado un tiempo, incluso meses, se acuerdan de aquel texto que trabajamos en
clase, llegando incluso a pedirte que se lo repitas. Es cierto que para llegar
a este punto debemos tener muy en cuenta y en consideración que los textos
elegidos deben tener ciertas características, pero yo quiero remarcar aquí tan
solo una de ellas. Debe ser un texto no excesivamente largo.
“Cuentos
por teléfono” de Gianni Rodari. Este es mi libro de cabecera hoy por hoy. Tiene
todo lo necesario para trabajar el fomento a la lectura en el ámbito escolar.
Pequeños cuentos, breves historias llenas de fantasía, de ilusión, con
situaciones muy absurdas (algo que les encanta a los niños), todo ello como base
par hacer volar la imaginación de los más pequeños, y no tan pequeños, infantes
escolares.
Este
2021 está siendo, pese a sus nefastas características, un año muy especial,
positivamente hablando para nuestra familia. A Miriam y a mí se une la llegada
de Alejandro Pradeep, nuestro niño, que en un futuro más o menos cercano estará
correteando junto a nosotros. Sin duda es parte de la inspiración para terminar
este cuento en el que me encuentro inmerso. Por lo tanto, ya puedo decir que he
cumplido lo que dijo en su día el poeta cubano José Martí, eso de que “cada
persona debería hacer al menos tres cosas durante su vida: plantar un árbol,
tener un hijo y escribir un libro”.
Pues nada,
aunque todavía no está terminado, no podía pasar la oportunidad de daros la
noticia en este día tan especial. Pero permitidme que mantenga aún la
incertidumbre sobre el contenido del mismo ya que aún queda bastante por conformar.
Me gustaría poder presentaros un trabajo bien hecho, bien presentado y
sobretodo, que de principio a fin sea agradable a todos, primero a los peques y
después a los menos peques, y para eso, necesito un poco más de tiempo.
Disfrutad
de un buen libro hoy, sumergiros en una buena lectura este fin de semana, abrid
las páginas de la aventura, el amor, la pasión, el drama, (…), pero sobretodo, cuando
leáis, hacedlo pensando que estáis dando ejemplo a los que os rodean.
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