CUMPLEAÑOS AGRIDULCE 2020

Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, etc...

Sí, yo soy uno más de los que en el futuro podrá contarles a sus nietos y a los nietos de mis amigos que estuve confinado, en pleno siglo XXI, durante más de un mes en mi casa por culpa de un maldito virus que mató a miles de personas en Andalucía, en España, en Europa y resto de nuestro planeta, y en medio, mi 43 cumpleaños. ¿Es para llamarlo agridulce o no?

Hoy, lunes 30 de marzo, son ya 18 días encerrados en casa, mi esposa Mirian, nuestro Darky y yo. Nosotros tenemos la suerte de poder entretenernos diariamente con la música, con nuestras canciones versionadas y nuestra gran variedad de instrumentos, y todo eso hace más liviana la cuarentena. Pero por otro lado no puedes dejar pasar la angustia y la presión en el pecho que se siente cuando ves, una y otra vez en la tele, que el maldito COVID-19 está haciendo estragos entre nuestros mayores y no tan mayores, que cuando salen a hacer declaraciones nuestros representantes políticos no sabes si reir o echarte a llorar, que el ser humano puede llegar a ser lo más maravilloso del mundo o lo más deleznable del planeta. ¿De verdad que una mujer de 45 años es capaz de escupir e intentar vomitar sobre un policía en Málaga porque la detenían por no cumplir el estado de alarma? Sin más comentarios.

Realmente todo lo que está pasando a nuestro alrededor, tanto a nivel personal como mundial, nos está dando que pensar y nos está haciendo ver que ni los malos eran tan malos ni los buenos eran tan buenos, como se suele decir, y al mismo tiempo ha tenido que venir una pandemia, una crisis viral, social y económica para hacernos ver y darnos cuenta, de verdad, que los que siempre han sido, son y serán los más necesarios siguen siendo los más necesarios en nuestro día a día. Todos sabemos a quienes me refiero y mi aplauso para todos ellos.

Y por otro lado, tengo que decirlo porque si no reviento, estamos viendo claramente quienes son totalmente prescindibles en nuestras vidas, en nuestra sociedad, en nuestro quehacer diario, por su falta de gestión, por su nefasta gestión, porque se está demostrando que más de la mitad de nuestros políticos, de los 350 "señores diputados" elegidos por sufragio universal, realmente ¿para qué sirven? ¿para qué nos sirven? Y me da igual el color del partido, rojo, morado, azul, verde o naranja, en todas sus filas sobran todos los sinvergüenzas y chucópteros que no tienen ni puñetera idea de lo que hacen ahí, y a la vista está. Yo siempre he dicho una cosa con respecto a esto, vamos a ver, o yo lo veo muy fácil o soy tonto; si a mí, para ejercer ¡¡¡y cobrar!!! por ser maestro de escuela se me exigió en su momento una carrera de magisterio y superar un proceso de concurso-oposición, ¿porqué puede hacer de político ¡¡¡y cobrar!!! cualquiera que no sabe de lo que va ni su cargo, ni la administración, ni nada relacionado con ello? Porque yo no cobro por lo que hago sino por lo que sé, pero es que en esto de la política parece que basta con ser un zalamero y tener un poco don de palabra, aunque últimamente ni eso, y al Consejo de Ministros me remito (vaya perlitas están dejando últimamente).

Termino con algo que he leído hace poco y que creo que, sin darnos cuenta, hemos ido dejando de lado en algunas circunstancias y a la vez estamos recuperando de un modo natural y casi humano. Son los tres primeros artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:

LA ASAMBLEA GENERAL proclama la presente DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción. 

Artículo 1.

 

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Artículo 2.

 

Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

Artículo 3.

 

Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

Feliz confinamiento y feliz cumpleaños a todos